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Netflix, algoritmos y sentido del humor
Durante los 2 últimos años he leído y escuchado a muchos expertos en digital learning decir que los LMS deberían parecerse más a Netflix. Deberían hacerlo en cuando a experiencia de usuario, deberían ser un contenedor de recursos (diseñados por la compañía o de terceros, como Lynda, Ted-ed o Skillshare), y en función del usuario y sus necesidades (rol que tiene en la compañía o gaps detectados en su evaluación) visualice una serie de contenidos que sean de su interés, todo ello gracias a los algoritmos de recomendación.
Está claro que la forma en la que el participante consume recursos de aprendizaje debe cambiar y parecerse más a Netflix en cuanto a experiencia de usuario, la mayor parte de los LMS siguen en el modelo tradicional, me matriculo en un curso, lo realizo y fin de la historia. A veces, me matriculo año tras año en el mismo curso, lo que hace que los participantes estén cada vez menos vinculados con las iniciativas de aprendizaje de sus empresas.
Las plataformas de moocs sí han conseguido acercarse un poco a este concepto, y tienen la experiencia de usuario mejor resuelta.
Estoy de acuerdo con esta idea, pero para mí lo que realmente debería cambiar y parecerse más a Netflix son los contenidos, nos preocupamos mucho por la experiencia de usuario, porque el contenido que le recomendamos sea de su interés, pero hasta ahí llegamos, no nos preocupamos de lo que ven los alumnos. Los contenidos deberían ser de gran calidad, ya que también compiten con los de Netflix o los de HBO, o con cualquier plataforma de contenidos de red social a la que tengamos acceso.
¿Alguna vez hemos comprobado si alguno de nuestros participantes se conecta a partir de las 22 horas para ver un recurso que hemos diseñado?, si es así, habremos ganado la batalla contra Netflix, y querrá decir que estamos haciendo las cosas bien.
El guion es importante, competimos con grandes guiones, hay que crear buenas historias. Utilizar el humor o la intriga son dos buenas forma de vincular al participante con el contenido. Nuestros alumnos están aburridos de los recursos de siempre, del consultor que les da una master class a través de un vídeo, de los cursos “pasapáginas”,…Necesitamos historias que nos enganchen, nos diviertan y que además nos enseñen algo. Si no, siempre nos superarán series como “Stranger things”, “Black mirror” o “El cuento de la criada”.
A mi me pasa, me he matriculado en un mooc sobre metodologías ágiles de gestión de proyectos, y casi todas las noches gana la partida Netflix.
Lo tenemos comprobado, cuando hemos diseñado alguna serie formativa divertida los niveles de participación y satisfacción son elevados, los alumnos te lo agradecen.
Casi siempre los equipos de L&D están de acuerdo, “vamos a hacer algo diferente”, pero a la hora de la verdad, la mayor parte de las veces aparece la inseguridad, “¿de verdad vamos a lanzar a toda la compañía un recurso así?, ¿y si alguien se siente ofendido?”, y de ahí, vuelta al enfoque tradicional.
Soy de la opinión que siempre deberíamos arriesgarnos, que es mejor pasarse un poco de lo que se considera políticamente correcto que matar a nuestros alumnos de aburrimiento.
Hay que dejar de tener miedo al que dirán, para dejar de perder alumnos motivados, con ganas de aprender y de aportar. Es mucho mejor equivocarse que morirse de aburrimiento.
A fin de cuentas, como decía Chaplin, todo es un chiste.

¿Revolución?
Casi 5 años después de que comenzásemos a hablar de ellos, parece que los MOOCs han pasado a la segunda línea de tendencias de formación, está claro que son un elemento habitual del paisaje formativo, pero no ha sido la revolución que se pensaba inicialmente.
Se hablaba de la democratización de la educación, recursos que permitirían el acceso a personas sin medios a formación superior pero, tras analizar los perfiles de los consumidores habituales, se ve que en un 80% de los casos los alumnos tienen ya titulación superior, por lo que no está siendo la panacea para estudiantes con menos recursos.
Otro dato interesante es que solo un 10% de las personas que se matriculan en un MOOC lo finaliza, por lo que en algún momento del proceso formativo, el interés del alumno por los contenidos, decae.
Sobre la relación de MOOCs y entorno corporativo no hay muchos datos, ni buenas prácticas públicas. Sí que hay muchas iniciativas de colaboración entre entorno universitario y corporativo, pero no parece que los MOOCs hayan llegado a L&D para revolucionar los programas formativos.

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Muchas empresas los utilizan para formar a sus clientes, y de paso como elemento de Marketing y vender su marca. SAP lo hizo y ofrece a los usuarios MOOCs para que sean conscientes de lo importante que son sus soluciones para la mejora de los resultados de negocio. BMW, a través de BMW Driving Experience, diseña MOOCs para sus clientes. Lego organiza un MOOC cada semana, que trata a modo de tormenta de ideas sobre una de sus líneas de producto, la actividad se gamifica a través de la votación del mejor proyecto creado por los alumnos durante el curso. Lego utiliza estos MOOCs para que sus clientes conozcan mejor su producto y a la vez genera una buena imagen de marca.
¿Cuál es la relación de los MOOCs con L&D?, algunas empresas han firmado acuerdos con las principales plataformas de MOOCs para incorporar sus recursos al catálogo formativo de la organización. La desaparecida Yahoo becó a sus empleados para obtener certificados en Coursera. Telefónica (Telefónica Digital) y Santander (Universia) desarrollaron MiriadaX, su propia plataforma de MOOCs, con un total de 2 millones de usuarios, una media de 5.000 alumnos por curso y un 23% de finalización (muy por encima de la media en este tipo de experiencias). El Banco Internacional de Desarrollo ha pasado de formar a 2.500 funcionarios cada año a formar a un total de 30 millones de funcionarios. Google ha firmado convenios con universidades españolas creando Activate.
Está claro que los MOOCs han abierto vías de colaboración entre el mundo universitario y el corporativo, y eso es algo siempre positivo para la educación y la formación, pero parece que los MOOCs no van a revolucionar el entorno corporativo como se predijo. En los programas corporativos, la personalización y adaptación al negocio siguen siendo la clave para unos contenidos de calidad y con un claro foco en los participantes, esto con contenidos genéricos es difícil conseguir.
No disparen al guionista
La crisis económica que nos ha acompañado los últimos años, ha afectado mucho más a unos sectores que otros, también ha sido más voraz con determinadas profesiones. El caso del periodismo es el mejor ejemplo de sector que ha tenido que reinventarse, el auge de las redes sociales ha hecho que el sector haya evolucionado hacia un enfoque más digital, y ello ha arrastrado a sus profesionales.
En el ámbito de la formación y desarrollo también se han producido grandes cambios, algunos de ellos favorecidos por la crisis y otros por la evolución de las nuevas tecnologías. La gran competitividad en el sector ha hecho difícil mantener determinados precios, y para ello en algunos casos se ha reducido el nivel de servicio en alguna de ellas. Es el caso de los proyectos de creación de contenidos digitales, y de la figura del guionista e-learning, el periodista de nuestro sector. El hecho de que nuevas empresas ajenas al sector hayan comenzado a desarrollar este tipo de recursos formativos a unos precios más competitivos, y la necesidad de ajustarse a los recortes de los departamentos de Formación, ha afectado drásticamente a la figura del guionista e-learning, que en la mayor parte de los proyectos ha sido fagocitado por el creativo o el diseñador.
En los últimos años los recursos formativos e-learning han puesto todo el peso en la digitalización, incorporando todo tipo de innovadores recursos gráficos, y se ha dejado de pensar en la guionización. Eso ha hecho que se hayan creado recursos súper dinámicos y vistosos, pero con poca “alma”, más enfocados al equipo de Marketing que al de Formación y Desarrollo, y con poco calado en el proceso de aprendizaje de nuestros alumnos.
Hace unos días estuve en la grabación de unos vídeos para un recurso formativo de uno de nuestros principales clientes. Los días de grabación suelen ser jornadas de trabajo muy divertidas, aunque bastante densas, hay que analizar cada toma pensando si el alumno la va a entender bien. Cuando ves el resultado final, siempre tiendes a fijarte en el trabajo de posproducción, en los recursos gráficos, en la música o en los planos. Nadie piensa en el intenso trabajo previo de guionización que se ha llevado a cabo, y que es crítico para el resultado obtenido.
Si el guion es bueno y todos los recursos empleados también lo son, el resultado es excelente. Sin embargo, si el guion no es tan bueno o no se ha trabajado con exhaustividad, aunque los recursos gráficos sean de calidad, el resultado final puede ser un fiasco. Sobre todo para el alumno al que va dirigido, que no va a aprender nada en el medio plazo.
Podemos hacer una comparación con el mundo del cine, solo hay que imaginar una película que ha dirigido nuestro director favorito, cuyos protagonistas son los 2 actores que recibieron el Oscar a la mejor interpretación este año, con un presupuesto que ha sido el más elevado de la historia del cine, pero que tiene un guion poco o mal trabajado, ¿cuál sería el resultado?, ¿le daríamos el Óscar?, seguramente no.
Solo hay que ver como películas con bajo presupuesto, consiguieron unos ingresos espectaculares y el reconocimiento de la crítica y el público.
Clerks de Kevin Smith tuvo un presupuesto de producción de 27.000 dólares, para conseguirlos, su director utilizó sus ahorros, tuvo que pedir un préstamo y además vendió su colección de cómics. Clerks es considerada una película de culto, por la que Smith ganó más de 3 millones de dólares.
Tarantino gastó algo más, unos 8 millones de dólares, para grabar Pulp Fiction, y gracias a su guion y las interpretaciones de los actores con los que contó, recaudó 30 veces su presupuesto.
También tenemos ejemplos a la inversa, películas con grandes inversiones, en las que un guion mediocre hizo que no tuviesen buena aceptación, y generasen pérdidas.
Está claro que por muchos fuegos artificiales que utilicemos, si no hemos pasado tiempo pensando en la estructura del recurso, sus objetivos y trabajando en la parte pedagógica del mismo, el proyecto será un fracaso a largo plazo.
La esperanza es que en el sector hay una tendencia de volver a poner el foco en la guionizacion, además, en los últimos meses se han empezado a ver en la red algunas ofertas de empleo para guionistas e-learning, ¿será una tendencia en el medio plazo?
Ahora solo tienes que pensar qué tipo de película quieres grabar.
(Español) Tendencias e-learning 2015… o no
Ya llevamos más de 10 años hablando de e-learning y nuevas metodologías de aprendizaje. 10 años en los que, cada vez que hacemos balance del año y hablamos sobre nuevas tendencias, pensamos que por fin éste será el año del gran cambio; pero año tras año, la gran revolución sigue sin llegar. Leer más





